Por Laura Fontalba
Hoy, la Plaza Corazón de María, en el barrio San Francisco, ha acogido el 20 aniversario de Arroces del Mundo, el evento autogestionado que cada año simboliza la diversidad de personas y culturas.
A lo largo del día, miles de personas se han reunido para cocinar, bailar, cantar, reivindicar y relacionarse. Cada una aportando su granito de arena a esta «gran cita» que se ha convertido, con el paso de los años, en un evento significativo no sólo para los barrios de San Francisco, Bilbao La vieja y Zabala, sino para muchos otros grupos de la ciudad y del entorno.
Compartiendo el «arroz» como símbolo de la universalidad, al ser este un elemento esencial en la alimentación de todas las culturas, han festejado la interculturalidad y han reclamado espacios basados en las relaciones inclusivas y cercanas, en las que cuidarse mutuamente y generar vínculos.
El lema de este año dice: Reclaim, okupatu, participa. Reclaim, porque reclaman barrios libres de exclusión social y que las instituciones adopten medidas políticas eficaces para terminar con las emergencias sociales, como por ejemplo la falta de garantías de acceder a una vivienda digna. Okupatu, porque ocuparán las calles de sus barrios para desterrar de ellas cualquier comportamiento racista, discriminatorio o contrario a los derechos de todas las personas. Y participa, porque todo ello lo conseguirán gracias a la participación popular, la solidaridad y el apoyo mutuo.
Arroces del Mundo pretende llamar la atención de la ciudadanía y de las instituciones públicas para que entiendan la importancia de promover una convivencia en diversidad. Hoy, los juegos infantiles, las actuaciones musicales, danzas, la preparación de arroces, la kalejira amenizada por batukadas o la comida popular, entre otros actos, han demostrado que sus barrios están repletos de diversidad cultural, lingüística o religiosa, y que todo ello es ya una seña de identidad innegable.
