Una manifestación ha recorrido la Gran Vía desde la Plaza Moyua hasta el edificio de la Diputación Foral de Bizkaia, con la que los familiares le han querido recordar tanto al ente foral, así como al Departamento de Acción Social, que “los residentes pagan en su mayoría con sus pensiones, y el resto, la nada inestimable cantidad de 2400 euros al mes para que tengan sus necesidades cubiertas. No solo las básicas sino también la anímica, emocional y ocupacional”. Aseguran que antes de la pandemia, había carencias que los propios familiares suplían, y que a pesar de ponerlo en conocimiento de los responsables de la residencia y diputación, la respuesta “sin un argumento sólido y agarrándose a una razón legal muy dudosa”, señalan que siempre era la misma: EL RATIO.
Denuncian que por dar prioridad a esta maldita palabra (ratio) que de lo único que habla es de números, estalló el día 11 de enero la peor noticia. Infectados 93 mayores y 20 trabajadores. “¿Cómo es posible, si tan solo 6 días antes había únicamente 3 casos? ¿Cómo pueden asegurar que tras pasar el Servicio de Inspección no encontrasen deficiencias?”, se preguntan.
Afirman que ninguno de los residentes salió en las fiestas navideñas. Y piden a los responsables que por favor no busquen culpables entre los trabajadores o familiares, ya que todos cumplieron con los protocolos marcados.
Por otra parte, se han dirigido al GERENTE para decirle que aún están esperando un simple comunicado donde exponga su «preocupación». Ya que recuerdan que les dejó claro cuando mantuvieron una reunión con él para exponerle las carencias que venían padeciendo antes de éste brote, que “su única preocupación era el alto índice de absentismo y las bajas pero que a pesar de todo se mantenían los ratios y que todo estaba bien”.
Por ello, piden SOLUCIONES porque explican que la falta de personal de limpieza, enfermería y gerocultores es una de las razones de peso por la que este brutal brote haya entrado “por la puerta grande”. Las trabajadoras y familiares son conscientes de que se podían producir algunos contagios, pero no de esta magnitud. Llevaban aislados demasiado tiempo y ahora encerrados una vez más en sus habitaciones.
Al Gerente le instan a que olvide esa razón aritmética (ratio) y le piden que contrate más personal. Señalan que hay muchos profesionales en ERTE y en el paro deseando trabajar. Ahora mismo, con la parte anímica y emocional de sus familiares rotas del todo, explican que necesitan una mano cercana que les acompañe y que sientan que no están solos.
En consecuencia, exigen al Gobierno Vasco e Instituciones que INTERVENGAN la residencia por la situación de descontrol que había antes de la pandemia, durante y ahora. Piden que les demuestren, que los números no pueden enterrar de una manera tan cruel a sus mayores, que trabajaron y cotizaron para poder vivir dignamente. “SE LO DEBEMOS ¿NO CREEN?”.
A las personas que trabajan en la residencia les han querido dar las GRACIAS por el sobreesfuerzo físico y emocional que están haciendo en este momento tan duro para todos. “OS TENEMOS SIEMPRE PRESENTE!”
